Vivimos tiempos muy complejos y líquidos, en un mundo altamente globalizado, en el que los muros y las fronteras se diluyen. Estamos ante una pandemia que debe sacar lo mejor de nosotros mismos, y cuyo fin debería hacernos reflexionar como sociedad sobre muchas cosas. Esta excepcionalidad nos ha alejado de nuestra zona de confort. Estamos en estado de alarma, cargados de miedos y ansiedad. Entramos en unos días muy complicados, pero necesitamos que nuestro sistema sanitario resista. La salud es lo primero, después nos ocuparemos de solucionar todo lo demás. Tranquilidad y responsabilidad, tomemos conciencia que por mucho que hagan nuestros gobernantes y sanitarios, si no ponemos de nuestra parte, no vamos a solucionar esto. Serenidad, y por ninguna razón perder la calma. Anoche, al ver salir a los balcones a la gente para aplaudir a nuestros sanitarios me vino a la cabeza la frase de J.F. Kenennedy, “No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tú país.

Desde el punto de vista económico, todos los analistas y organismos internacionales aseveran que el parón económico producto de la epidemia, unido a la ralentización que ya se venía observando, llevan a una desaceleración que puede acabar en una nueva recesión. A poco que esto dure, los daños serán incalculables. Los descensos en la producción, comercio, consumo, turismo, transporte, bolsa, presagian tormenta. Las consecuencias sistémicas y estructurales son una incógnita. Todos los sectores se van a ver afectados, y como es natural aquí incluyo el sector cultural y el libro.

Durante estos días, y desde que la Comisión de Organización de la Feria del Libro de Madrid adoptó la decisión de aplazar la Feria al mes de octubre (del 2 al 18), son numerosos los periodistas que me han preguntado dos cuestiones: por un lado, como puede afectar un parón de facturación a las librerías, y por otro, la incidencia de la Feria sobre las librerías de Madrid. Veamos los datos:

    • Las ventas en librerías en 2018 ascendieron a 831 millones de euros, el 35,2% del total del mercado interior.
    • La estacionalidad porcentual del 2º trimestre en las ventas es de 224,3 millones de euros, el 27,1%.
    • Como Madrid absorbe el 24% de las ventas del mercado interior, esto significa 53,7 millones de euros que deberían facturar las librerías de Madrid en el segundo trimestre.
    • Si la media de facturación mensual asciende a 17,9 millones de euros, esta sería la cifra de coste por cada mes de no facturación.
    • La incidencia de la Feria, adjudicándole a las librería expositoras el 50% del total de las ventas de la Feria (5,2 millones de euros) representa en un mes de ventas el 29%, o el 9,68% sobre la venta trimestral.
    • La estimación que hacemos desde el equipo de organización de la Feria es que la misma representa unos 40.000 euros de media para cada librería expositora.

Si analizamos el empleo en las librerías de Madrid, hay que remontarse a los datos del Mapa de Cegal de 2015, el empleo ascendía a 1.138 personas (cadenas al margen), es obvio que esta cifra está hoy muy menguada, ¿Cuánto? No puedo aventurarlo, pero una estimación razonable es reducirla un 25%.

Veamos también el comportamiento de este segundo trimestre en las librerías de Madrid.

    • Abril  tiene el apoyo del día del libro, que en Madrid, poco a poco va sumando, y la desventaja de que la Semana Santa (casi siempre en abril) retrae las ventas por el éxodo que se produce en la ciudad. Luego, mes malo, y con el virus todavía peor.
    • Mayo es, sin duda alguna, uno de los peores meses del año. Por un lado los lectores habituales esperan para comprar en la Feria y aprovecharse del descuento, y por otra el curso escolar en todos sus niveles está a punto de concluir, por lo que la demanda de lecturas y compras se contrae de manera considerable.
    • Junio, con la Feria del Libro funcionando, mejora mucho la facturación, pero pensemos que sólo están en la Feria 113 librerías, el fin del período escolar y el inicio de vacaciones supone un ligero aumento de tráfico sobre todo la última semana, pero no mucho más.

La conclusión es obvia. Un tejido tan debilitado como las librerías, en el supuesto de un parón en la facturación de un mes y medio o un descenso en la facturación les impedirá a muchas llegar a octubre. Pensemos que las librerías llegaban todas al comienzo de feria en una situación de liquidez muy mala, canina del todo, este año la situación de falta de tesorería se va a prolongar hasta el comienzo del curso escolar, que también en el último año ha sufrido la desastrosa política de gestión de los libros de texto, que han dejado a las librerías al borde del colapso. En resumen, una situación muy complicada.

La pregunta que me hago es bien sencilla. ¿Qué hacer a corto plazo para insuflar facturación y en paralelo mitigar los gastos? No me cabe duda que el Ministerio de Cultura y la Concejalía de Cultura de Ayuntamiento y Comunidad tendrán que ponerse en “modo rescate”. No queda otra. Una sugerencia que hago a nuestros poderes públicos. En este momento se trata de subvencionar la demanda, no la producción. Si hay ventas en librerías toda la cadena reacciona y se beneficia. En momentos tan excepcionales hay que pensar creativamente.

Y como me dicen que en las próximas semanas se va a proceder a reunirse la Cámara del Libro con los Gremios para abordar los problemas, dejo aquí algunas sugerencias susceptibles de ser estudiadas.

Medidas institucionales

      • Que la compra de libros se pueda desgravar en la declaración de la renta.
      • Lanzamiento urgente de un bono cultural para jóvenes menores de 25 años.
      • Exención de todo tipo de impuestos (nacionales, comunitarios y municipales) durante 3 meses.
      • IVA 0 para el libro durante 6 meses.
      • IBI cultural.
      • Cuota IAE.
      • Cuota autónomos. Paralización durante 4 meses.
      • Impuesto de sociedades.
      • Financiación inmediata créditos blandos sin interés.
      • Ayuda para contratos alquiler.
      • Reducción de cotizaciones Seguridad Social.
      • Dotación de un plan de compras para bibliotecas a gestionar por librerías de proximidad. Compra inmediata con pago anticipado.

Medidas gremiales

      • Dotación de un fondo desde las Cámaras del Libro y Cedro para lanzar una campaña nacional de compra de libros, el ejemplo es la campaña inglesa “Books are my Bag”. Una exitosa campaña que podría servir como modelo.
      • Incorporación de todos los medios de comunicación y prensa a la campaña.
      • Establecer un acuerdo del sector sobre descuento excepcional del 10% para toda la duración de la campaña.

Un análisis parecido habría que realizar también con las pequeñas editoriales, pues se encuentranen una situación muy complicada. Tan solo comentar que en los últimos años se han perdido más de 3.000 empleos.

Y un ruego a la edición sobre la venta directa al margen del canal.  “La venta a Empresas e Instituciones y Bibliotecas aumenta de forma sustancial en 23,15 millones desde 2014”. Página 75 del Informe de Comercio Interior 2018.

Me causa desasosiego pensar qué puede ocurrir con el virus en América Latina: sistemas sanitarios muy débiles, hacinamiento urbano, pobreza, dietas alimentarias deficientes, etc, el impacto puede ser devastador. Pero me acuerdo también del campo de refugiados de Atmeth en Siria, con miles de desplazados, o de Lesbos en Grecia,  donde aguardan miles de refugiados, veremos que resuelve la Unión Europea, aunque me imagino que nada.

Colofón. La prioridad ahora es salir de esta situación sanitaria, pero en breve habrá que abordar los daños económicos colaterales que esta situación determinara, y en concreto el sector cultural y su debilidad estructural. Y por supuesto la extrema fragilidad de las librerías. Hay que ser razonables y pedir lo imposible. Es económicamente viable y socialmente deseable. Los datos macro que se avecinan serán malos, pero los micro serán mucho peores.

Escrito por Manuel Gil

Nacido en Albacete, licenciado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid y Master en Dirección Comercial y Marketing por el IE Business School. De 2016 a 2021 fui Director de la Feria del Libro Madrid. Mi trayectoria y experiencia profesional se ha desarrollado en importantes empresas del sector del libro –Cadena de Librerías 4Caminos, Paradox Multimedia, Grupo Marcial Pons, Ediciones Siruela, OdiloTID–, asiduo visitante de todas las Ferias del libro de Latinoamérica. En la actualidad, desempeño tareas de docencia en España y en América, y me dedico a la consultoría en el sector editorial y a la investigación de mercados en relación al mundo del libro.

4 Comentarios

  1. José Manuel 21/03/2020 en 23:44

    Hola Manuel, tu plan de medidas me parecen un buen comienzo para evitar la devastación del actual y débil tejido de librerías, espero que puedan implementarse para darnos oxígeno, mientras se buscan fórmulas para hacernos más fuertes y sostenibles, algo difícil pero no imposible, un abrazo desde La Taberna del Libro de Moguer

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  2. […] y en paralelo mitigar los gastos?. En este artículo, Manuel Gil intenta elaborar una respuesta (Antinomias Libro, 6 […]

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  3. Manuel, acertado como siempre . Gracias por tus reflexiones.

    Saludos y suerte para todos.

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  4. enric faura 16/03/2020 en 10:26

    Amén a todo. En Catalunya damos por virtualmente perdida la campanya de Sant Jordi.
    Ahora toca gestinar la crisi sanitaria y social, luego ya llegará la gestión de la catástrofe económica y discutiremos de estas y otras medidas. El sector sufrirá un tsunami que hoy ni nos podemos imaginar.
    Cuidaros todos.

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