Game Over: librerías y editoriales ante su armagedón

En estos últimos días, y a raíz del cierre de la librería Catalonia, han aparecido números artículos en prensa y blogs sobre la situación de las librerías. En estos últimos meses han cerrado librerías emblemáticas en casi toda España, eso lo sabemos bien los equipos comerciales, con una característica importante: casi todas las que han cerrado eran librerías que tenían fondo. Y si nos remontamos al año 2008 podemos ver que desde entonces el parque de librerías independientes en España se ha reducido mucho. Podría citar al menos 30 excelentes librerías –con fondo– que han cerrado en los últimos dos años, me refiero a librerías para el perfil de libros de Acantilado, Anagrama, Tusquets, Siruela, Nórdica, Impedimenta, Capitán Swing, 27 Letras, Trama, Fórcola, Páginas de Espuma, Lengua de Trapo, etc….

Pongo como ejemplo el siguiente dato: hace 8 años cuando una editorial hacia un expositor llegaba a producir hasta 700, ahora se hacen 300; esta es una realidad incuestionable. Lo que reafirma mi convicción de que para un determinado perfil de editoriales en España no hay más de 300 librerías a las que podamos denominar como tal. Un problema distinto es cuando me siento con algún comercial de los grandes grupos y me dice que llegan a 5000- 8000 puntos de venta, obviamente se refiere a papelerías, kioscos de prensa y hasta gasolineras, pero esto para mí no son librerías, son otra cosa.

De entre todo lo que he leído me quedo con un dato que aparece en un artículo de La Vanguardia que me resulta no ya alarmante sino de echarse a temblar. Los gremios de libreros tiran de censo y analizan de la siguiente forma: se han cerrado 3 librerías en una ciudad pero han abierto 4, es decir, según el censo de altas y bajas gremiales no pasa casi nada. A mi me resulta una estupidez supina el usar este argumento. ¿La librería que se crea es igual o mejora a la que se cerró? ¿O son otro perfil de librerías? Pues a mi modo ver, y mayoritariamente, son otra cosa: tetería-librería, café-librería, vinoteca-librería, etc… soy de los que no tiene nada en contra de encontrar mix de producto que apoyen el libro, pero lo que se necesita imperiosamente son librerías de fondo que apoyen la edición independiente, y hay cosas que me parecen absolutas extravagancias comerciales del libro, en ciertos casos el libro es secundario respecto a otros productos en estos nuevos establecimientos. La perdida de fondo en las librerías esta conllevando un fuerte aumento de ventas de las páginas online.

La situación que las librerías atraviesan hace tiempo que ha disparado las alarmas, al menos para los equipos comerciales. ¿Están cerrando librerías masivamente en España? La respuesta empírica es que no, pero estamos ante un goteo permanente que presagia un desborde, y ante un trimestre próximo de unas ventas bajísimas, si podemos estar ante cierres en cadena. No olvidemos que el sector se mueve mucho por ciclos de consumo, y el siguiente nos lleva al día del libro y San Jordi. Y con un mes de enero con un patrono: «San Devolución».

Otro dato que aparece en el artículo de La Vanguardia es el siguiente:

La crisis de consumo iniciada en el 2008 ha hecho desplomarse los beneficios. Este año, la mayoría de librerías consultadas registran descensos entre un 1% y un 3% aunque la cifra global acumulada de los últimos tres años es de una caída de las ventas en torno al 20%, según el gremio.

¿A qué ratio se refiere este párrafo al hablar de un descenso de entre el 1% y el 3%? Señalo esto porque si se refiere al ratio de rentabilidad final o beneficio sobre ventas (cociente del beneficio bruto –antes de impuestos– partido por las ventas totales) significaría que todas las librerías han entrado en pérdidas o están al borde las mismas. Es una pena que el informe de Cegal no se haya actualizado en estos años. ¡Una pena¡

Las librerías están paralizadas y su organización empresarial, con elecciones a la vista, debería acelerar todos los hitos, desde informes a congresos… la noticia que me llega de la no celebración del congreso de libreros de Vigo en abril es una pésima noticia. ¿Qué no hay dinero ni patrocinadores? De acuerdo, volvamos a fórmulas low cost de los años 70. En aquellos años las organizaciones políticas nos reuníamos en conventos o colegios mayores, íbamos con un bocata y alojábamos en casa a un compañero de otra ciudad. El congreso debe celebrarse de cualquier modo, lo que hace falta es prepararlo a concienzudamente.

En cualquier caso, ya no podemos hablar de cuesta de enero, tras una microcampaña de navidades y reyes en cuanto a ventas, el siguiente ciclo de consumo nos lleva al día del libro y San Jordi, por lo que pienso que vamos a ver numerosos cierres en este trimestre. Las librerías no aguantan si no se procede con un plan de reflote de las mismas. Hace ya un tiempo propuse una comisión de trabajo para elaborar un plan, pues bien, ni caso. No queda margen ante un desplome de esta envergadura. El tiempo agudiza el problema, no lo arregla.

Y una reflexión final. ¿Es posible pensar en una capitalización de las librerías al comprar en régimen de depósito o consignación? En condiciones de un alto consumo sería posible, con el consumo por los suelos muy improbable.

¿Y que ocurre con las editoriales? Pues que entre la insostenibilidad del modelo y el desplome del consumo y las librerías, están también en una situación más que delicada. ¿Cuántas editoriales están en pérdidas o al borde de las mismas? Muchísimas. En este trimestre vamos ver rebajas salariales, despidos y ERES a gogó. La pérdida de empleos en el sector es ahora mismo muy profunda. Desde 2008 a 2011 el empleo en editoriales ha caído un 15%. Y durante 2012 ha seguido cayendo. Hoy lunes día 14 de enero de 2013 han sido despedidos 12 personas en distintas empresas del sector.

¿Qué se puede hacer? Lo primero romper la parálisis de las organizaciones gremiales con nuevas formas de asociacionismo; y lo segundo, con iniciativas que, visto lo visto, no parece que puedan salir del interior de los gremios, sino de sus aledaños, por ejemplo, de la confluencia de blogs del sector, o de una nueva actitud colaborativa de los editores independientes.

¿Estamos ante una conjura contra el libro como aseguraba hace unos días Juan Cruz? De ninguna manera. Buscar enemigos externos y conjuras judeo-masónico-marxistas es lo fácil, así se camuflan nuestras incapacidades. ¿Se puede confiar en una reacción del sector en breve? Antes creo en los efectos higiénico-saludables de la confluencia de los astros.