Volvemos de vacaciones y nos encontramos con un paisaje ciertamente desolador. La situación ha empeorado alarmantemente en estos últimos meses. Las liquidaciones que llegan a los editores son cifras que invitan a la indigencia, cuando no al cierre. En múltiples casos liquidaciones negativas. Y esto no presagia nada bueno. Las estructuras de cierto tamaño comienzan a ver comprometido su futuro, y las pequeñas aumentan su dependencia de otras fuentes de ingresos (ajenas al libro). Todos los datos acumulados de 2012 son alarmantes y las previsiones para 2013 son verdaderamente una tragedia. Nos enfrentamos a un mes de septiembre que califico de negro, la gente vuelve de vacaciones (de alpargata e hipermercado) con muy poco dinero y se encuentra con un alto volumen de gastos en su horizonte: colegios, libros de texto, material escolar, matrículas, algún imprevisto, etc… Si miramos hacia adelante tampoco se puede confiar en la campaña de navidades para romper la atonía, la previsión de dos millones de funcionarios sin paga extra me lleva a pensar en que se regalaran pocos libros (en todo caso en formato bolsillo) y que los regalos navideños se comprarán en las tiendas de chinos y en los outlets del textil.
Durante el verano he releído mucho material acumulado durante los últimos meses, y hay un artículo que me hizo llegar un amigo librero que me ha causado una honda preocupación. El artículo se titula «El libro, un pasado magnífico, un futuro esplendoroso», el autor es el secretario ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores, Antonio María Ávila, fue publicado en la revista Temas (de venta en kioskos) en septiembre de 2011. Ni que decir tiene que a mi modo de ver el futuro no es esplendoroso, sino doloroso. Y me preocupa que la Federación siga enrocada en un discurso con tres ejes: piratería, regulación normativa y propiedad intelectual. Desde mi punto de vista y después de conversar con numerosos editores los problemas son otros.
El éxodo brutal de público de las librerías es un hecho incuestionable. La crisis ha acentuado un desolador paisaje de librerías vacías, y la supervivencia y continuidad de muchas librerías ligadas al libro de texto parece vislumbrar un cierre masivo de este tipo de establecimientos. ¿Y hay planes en los gremios y asociaciones? Pues parece ser que comienzan a vislumbrarse reacciones. Saludo con alborozo la convocatoria de una jornada de reflexión que han convocado Cegal y la Asociación de Editores de Madrid para los días 13 y 14 de noviembre. Con independencia de que el volumen de temas a tratar que han planteado en las jornadas me parece una desmesura, y algún tema, como la situación de las librerías, no puede despacharse en las dos horas asignadas al asunto, echo en falta un tema no menos importante, el estudio de una nueva organización del sector, transversal y en red, y con el modelo alemán como fuente. En cualquiera de los casos, y como la iniciativa parece interesante, creo que hay que apoyarla y volcarse en ella. Contribuiré a las jornadas remitiendo un texto sobre la situación de las librerías, asunto que me parece crítico a la hora de abordar la situación en que se encuentra el sector del libro. El texto lo reproduciré en este blog en cuanto esté terminado.
El libro esta inmerso en una crisis estructural de grandes proporciones y con sus imperativos sistémicos haciendo agua. Quizá debamos avanzar hacia un decrecimiento controlado y una puesta en valor de un procomún del sector. No valen soluciones individuales, de esta salimos juntos o no salimos. Lo fundamental ahora mismo es diseñar escenarios, buscar consensos, abrirse a ideas nuevas y buscar liderazgos.
Reproduzco aquí el programa de las jornadas:
Jornada del Sector del libro de Madrid 13 / 14 noviembre 2012
El Gremio de Libreros de Madrid y la Asociación de Editores de Madrid, con el apoyo de la Comunidad de Madrid, tienen previsto celebrar los días 13 y 14 de noviembre de 2012 unas Jornadas del Libro en la Biblioteca Regional Joaquín Leguina, en las que todos (libreros, editores, distribuidores, bibliotecarios…) podamos reflexionar y debatir sobre la situación de nuestro sector en Madrid. Con ese fin, se ha diseñado un panel provisional de los temas a tratar, que ha quedado distribuido de la siguiente forma:
Día 13 (mañana)
9:30 .- Inauguración Jornada
10:00 .- Presente y futuro del libro y de la librería en Madrid
Problemas, propuestas, estrategias y tendencias
12:00 .- Comercio del libro y Buenas Prácticas
Libros de texto, libros de derecho, venta institucional
Día 13 (tarde)
15:00 .- Relaciones institucionales:
Bibliotecas y compra pública.
Plan estratégico del sector del libro. Sello de calidad Librerías
17:00 .- Comunicación y marketing: Día del Libro, Noche de los libros, Día de las librerías, Feria del Libro, Acciones promocionales individuales y / o colectivas
Día 14 (mañana)
10:00 .- Comercio electrónico y libro digital
Proyectos sectoriales. Plataforma digital
Cegal en red y Todostuslibros.com
12:00 .- Conclusiones y Clausura
Clausura
Antinomía libro 
[…] huída de los lectores de las librerías físicas -de “éxodo brutal” califica en su post a este fenómeno Gil-, puede resultar un más que necesario […]
Con los elementos que hay actualmente en juego es IMPOSIBLE que mejorara a tu llegada. Actualmente, y por motivos que creo que no hace falta explicar, el valor de la obra tiende a 0 y no creo que esto mejore hasta dentro de una cantidad de años que no quiero decir por no desilusionar a nadie. También la calidad descenderá, obviamente. Las únicas que van a «ganar» son las empresas/actividades tecnológicas, legales o ilegales, que han o bien parasitado o bien mutado el mercado, transformándolo en un mercadillo comisionista (tú vende lo que quieras, que yo me llevo X, independientemente de la bazofia que estés ofreciendo). Si a eso le unes que la obra digital va a recaudar obviamente mucho menos y que el «consumidor» se ha acostumbrado a conseguir cualquier cosa por poco precio (incluso de forma que no se produce amortización en la inversión), no hace falta ser Pitágoras para saber cómo va a acabar el tema. Cada vez hay más productos que comprar (mejores o peores), más canales para conseguirlos gratuitamente (aun cuando el precio esté por debajo de 5 euros) y menos gente que le da valor y que finalmente contribuye al precio. Te puedes imaginar el resultado de la ecuación.
De momento no veo nada, por muy innovador que sea, que pueda hacer frente a la situación (ni siquiera los sistemas cerrados como determinados dispositivos, que ya pueden ser hackeados y cargados de obras sin contribuir al retorno de la inversión). Debe ser que soy un negativo. Aunque yo prefiero llamarlo realista. Siguiendo los argumentos de los nuevos tecnogurús de pacotilla: habrá que hacerse programador.
Para consolaros, quizás valga decir que no será el único sector fagocitado… Vamos hacia un mar en el que no va a quedar ni una sardina. Solo habrá orcas (por el tamaño) y tiburones (por la ferocidad). Es lo que tiene un sistema sin control: que acaba por devorarse a sí mismo.
Saludos.
Más allá de la situación económica, que es la que es y por más mencionarla no mejorará por arte de magia, yo sí creo que el libro tiene un futuro esplendoroso por delante. El libro, sí, pero no necesariamente el actual modelo empresarial en torno a la industria editorial. Creo que es el momento de innovar e invertir en nuevas vías de distribución, mercado, difusión e incluso promoción. La economía es cíclica, siempre lo ha sido, y mientras no hagamos algo para variar eso, siempre lo será. Ahora, que estamos en un ciclo negativo, es momento de sembrar, porque tarde o temprano se verán los frutos. Una cosa está clara, guardando las semillas bajo llave por miedo a una mala cosecha, jamás se ha conseguido recoger nada. Si no hay dinero para invertir, invirtamos en inventiva.
Carmen, es muy admirable tu positivismo, y tienes mucha razón en que la economía es cíclica y tal. El tema es que hay una variante en este ciclo que no estaba en los anteriores, por lo cual la analogía (o el estudio comparado con las anteriores) no es correcta. Esto solo se arregla mediante leyes, pactos y convenios (o una vez se haya llegado a tal desastre que nos pongamos todos las pilas), no esperando a ver si de repente se arregla todo. Tú discurso suena muy bonito, pero sinceramente me parece que no tienes en cuenta todas las circunstancias, elementos y causas que influyen en éste y otros temas.
La inventiva ya la hemos inventado, hoy más que nunca tenemos los medios tecnológicos que no había en el pasado y que cualquier generación hubiera deseado (o no). El problema no es ese, sino que no sabemos cómo usarlos para mejorar el sistema.
Saludos.
Estamos de acuerdo en que hacen faltas medidas políticas, pero no debemos olvidar que tenemos los políticos que merecemos, nos guste o no. La sociedad crea las instituciones y no a la inversa, aunque demasiadas veces se nos olvide. Me encanta que mi discurso te suene bonito, pero no es más bonito que mi realidad: 2 licenciaturas, 10 años de experiencia laboral, 2 años en paro. Lo siento, no es bonito, es real. Lamentarse lleva al llanto, actuar al cambio. La realidad es bonita si sabes cómo mirarla, los discursos, en cambio, sólo son palabras.
Las circunstancias son sólo eso, circunstancias, los elementos y causas, agentes externos. Las personas son el motor de la sociedad, hoy y en la Edad de Piedra, y entonces, ya había ciclos. Sean causados por el clima o por la quiebra de Lehman o por guerras o por cambios ideológicos, los cambios y los ciclos existen y existirán siempre. La realidad es cíclica y cambiante, y la seguridad, lo siento, una falacia. La vida es insegura, es una aventura, en lo económico y en todo lo demás. No es positivismo, es perspectiva. A veces basta con mirar desde un lugar diferente al habitual para darse cuenta de que la realidad no es lo que creíamos, otra cosa es que se tenga el valor para aceptar este hecho.
La inventiva no son los medios, la inventiva es la utilización original de los mismos, y en ese sentido muy pocos han inventado nada, algunos sí… ellos son el ejemplo a seguir. Mientras confundamos los medios con los fines, vamos listos.
Pase lo que pase, confío en el ser humano en su intelecto y en su inventiva. Se trata de reinventarse una vez más, somos expertos en eso como especie, quizás, esta vez, sepamos hacerlo algo mejor. A la enésima va la vencida 😉
Saludos,
Carmen
[…] afirmación es hoy perfectamente trasladable a nuestro ámbito profesional. Como augura Manuel Gil, en la estela de Inneratity, “el libro esta inmerso en una crisis estructural de grandes […]
[…] afirmación es hoy perfectamente trasladable a nuestro ámbito profesional. Como augura Manuel Gil, en la estela de Inneratity, “el libro esta inmerso en una crisis estructural de grandes […]
En un artículo de Daniel Innerarity aparecido en El País el pasado 29 de agosto [http://elpais.com/elpais/2012/07/16/opinion/1342452932_335247.html], decía: «hay que aprender toda una nueva gramática del poder para la que sirve de poco la obstinada defensa de lo propio o la despreocupación por lo ajeno. Todo lo que podía valer para el antiguo juego del poder, ahora ya no es más que pura gesticulación. El instrumento fundamental para sobrevivir en la superexposición es la cooperación, la atención a lo común. La intemperie, en el mundo actual, es la soledad, por muy soberana que se imagine». Yo aplicaría este razonamiento, punto por punto, a la absoluta y terca falta de cooperación intersectorial, algo que no llevará, de cabeza, a una crisis irresoluble.
¿Cómo van a poder las librerías sobrevivir a esta crisis? Difícil saberlo, principalmente cambiando. Imagino que ofreciendo más cosas que no solamente libros.
Nos encontramos en una situación en la que muchas familias tienen problemas para llegar a fin de mes, tienen problemas para comprar los libros escolares en estas fechas de septiembre.
El mercado debe reaccionar. El mercado sufre una saturación de títulos dese hace tiempo, pero la crisis ha hecho que sea más patente que no se puede publicar tanto, ni siquiera con bajas tiradas. Los precios no son competitivos, los libros son caros (solamente se salvan algunos de bolsillo). Se convierten no en un bien de consumo, si no en un bien de lujo. Y cada vez más de lujo, el precio, el peso, la búsqueda de lugar de ubicación o conservación en casas cada vez más pequeñas…
Y se nos olvida otra cosa importante, comprar libros es una opción no una obligación, como puede ser comer, vestirse, transporte o las facturas de la luz, agua, etc.
Igual se deja por fin de hablar de piratería y se empieza a hablar de como enfrentarse al problema en su conjunto.
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