Que los franceses han protegido y defendido siempre sus librerías independientes es algo que nadie puede negar, sin embargo, el Sindicato de la librería de Francia (SLF) esta seriamente preocupado. Hay agoreros que afirman que los días de las librerías independientes están contados, que el sistema se esta desmoronando como un castillo de naipes: contracción grave del mercado, aumento de ventas de hipermercados y puntos atípicos, libros electrónicos, subida de alquileres, salarios y transporte, etc.

El SLF acaba de lanzar este mismo verano una campaña de prensa en casi todos los grandes periódicos y revistas (Le Point, L´Express, Le Nouvel Observateur, Telerama, Courier Internacional, Le Journal de Dimanche, y los periódicos Le Monde, Le Figaro, Liberation, etc…) invitando a visitar y comprar libros en las librerías. Lo bonito y curioso del caso es que la campaña cuenta con el apoyo de los editores. Aun así la librería independiente todavía mantiene una cuota de mercado en Francia del 45%. La campaña que costará medio millón de euros es financiada por el SLF y el CNL (Centre Nacional du Livre) y por los editores. Uno de los objetivos que persigue la campaña es el de que la gente se movilice y visite las librerías, una vez en ellas que compre, y a la vez que sea consciente y entienda que el modelo cultural francés es un modelo único, bajo el eslogan de «Dos millones de libros a tu disposición. ¿Quien me ayudará a elegir si mi librería no existe».

La iniciativa es una respuesta al descenso de resultados económicos de las librerías, con una fuerte caída de tráfico a las tiendas, al desembarco de librerías online y a la propia situación económica en Francia.

En este sentido, hace unos meses el SLF lanzó un encuentro en Lyon al que asistieron 550 profesionales del libro titulado Quelle librairie pour demain?, con el objetivo de hacer balance de 30 años de Ley Lang y analizar el futuro de las librerías y de la profesión. Del encuentro salió un plan de acción y fortalecimiento del canal librerías. El Ministro de Cultura y Comunicación, Frederic Mitterand expuso un plan de acción para el sostenimiento de las librerías, el plan comprendía la extensión de la etiqueta LIR (Librairies Independantes de Reference), un acuerdo de buenas practicas, un plan de compras institucionales para bibliotecas, y la exoneración de determinados impuestos a las librerías.

Resumiendo, ¿Qué se está haciendo a este lado de los Pirineos? Muy poco. Aquí las iniciativas son escasas, y planes como el del «sello de referencia» y el «plan de apoyo» parece que no acaban de ponerse en marcha, y de tiempo parece ser que la librería no va sobrada. En definitiva, un panorama confuso en el que no abundan las iniciativas.

Escrito por Manuel Gil

Nacido en Albacete, licenciado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid y Master en Dirección Comercial y Marketing por el IE Business School. De 2016 a 2021 fui Director de la Feria del Libro Madrid. Mi trayectoria y experiencia profesional se ha desarrollado en importantes empresas del sector del libro –Cadena de Librerías 4Caminos, Paradox Multimedia, Grupo Marcial Pons, Ediciones Siruela, OdiloTID–, asiduo visitante de todas las Ferias del libro de Latinoamérica. En la actualidad, desempeño tareas de docencia en España y en América, y me dedico a la consultoría en el sector editorial y a la investigación de mercados en relación al mundo del libro.

6 Comentarios

  1. Desde mi punto vista el problema es que en el mercado ha entrado un factor que ha sido disruptivo: Amazon.

    Aunque alguno no lo crean, Amazon supone una revolución en cuanto al modelo de negocio y su impacto en el mercado editorial. Amazon tira los precios porque al mover un gran volumen de libros puede reducir a mínimos su beneficio. Además llega a cualquier parte del país: si usted vive en un pueblo perdido de Zamora, no se preocupe, Correos le enviará su pedido. Y si solicita la nueva oferta de Amazon de envíos ilimitados durante todo el año por sólo 15 euros… pues entonces usted sería tonto si cogiera el coche para ir a una librería que le queda a 10km y cuya oferta es muy reducida. Y es que ese es otro punto a favor de Amazon: ofrece tal variedad de libros que es difícil que no tengan uno.

    Además Amazon vende su producto más vendido: Kindle, el mejor libro electrónico que ofrece el mercado en la actualidad. Y además tiene dos: uno con 3G y el otro sin. El de 3G le permite conectarse a Internet gratuitamente, sí, Amazon se lo paga, para que usted pueda descargarse en cualquier punto del país (siempre que tenga cobertura 3G, claro) un libro electrónico. Alguno de los cuales son GRATUITOS! (los clásicos fundamentalmente) o a precios irrisorios (1 o 2 €). Un competencia brutal.

    Entonces, ¿qué significa eso? Pues que Amazon es la pieza clave del problema. No se trata que haya una crisis o que suban los costes de las empresas (transporte, o impuestos). No, se trata de que en el mercado ha entrado un competidor que los destrozará a todos. O no.

    A los libreros de toda la vida sólo tienen una ventaja respecto a Amazon: el contacto directo con el cliente. Tienen que intentar a toda costa fidelizarlo. Y además, deben cambiar inmediatamente su modelo de negocio. Por ejemplo, que se les permita tener una cafetería dentro de la librería. O ofrecer conferencias y firmas de escritores. O hacerse una tienda MUY MUY especializada y ofrecer sus productos a través de Internet para abarcar un número suficientemente grande de clientes. O lo que se les ocurra. La cuestión es que se tienen que diferenciar, además de ofrecer productos de calidad.

    Desde mi punto de vista, aunque las Administraciones públicas se vuelquen con el sector minorista e intente comprar todos los libros que pueda, están sosteniendo una situación ficticia, que nada tiene que ver con el mercado. A los libreros sólo les queda trabajar duro, ser imaginativos y ser más competitivos.

    Un apunte más: no trabajo para Amazon, eh! Hablo como cliente, contentísimo con su oferta (vivo en UK, donde Amazon lleva más años y ya está consolidado). Comparada con la que me ofrecían en Pontevedra (mi ciudad natal) está a años luz. Además, me ahorro el mal trato que me ha dado más de un librero. Esto sin rencor: pero qué bien les hubiera ido si se hubieran mostrado un pelín más amables y atentos.

    Me ha gustado su post.

    Un saludo.

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  2. Pero vamos a ver, ¿de verdad alguien espera que con un código de buenas prácticas o con el sello de librería independiente de referencia se va a conseguir algo? De las propuestas que he leído en el post, solo a la reducción de impuestos y las compras institucionales les veo utilidad. Y, básicamente, es que papá Estado venga y me resuelva los problemas. En España también se ha pedido que el libro tenga IVA 0 (algo absolutamente lamentable).

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  3. Reflexiones interesantes. Cualquiera que haya estado en Francia tiempo atrás sabrá de la importancia, casi devoción, que ha habido siempre por la «típica» librería de toda la vida.

    Por eso no me extraña que estén tomando medidas para revitalizar este punto vital en la cadena a cuyos extremos están autor y editor y por supuesto el lector. O al menos… que así lo parezca.

    Desde luego, no es lo mismo que lo que pasa en España.

    El otro día estuve en un centro comercial (lo lamento; me fustigo públicamente) y en la sección de libros le pregunté a un dependiente por un libro de Dietrich: El muro de Adriano. Yo creo que se pensaba que le estaba preguntando por un jugador de fútbol. Tuve que ir a Marcial Pons en San Bernardo y todo se solucionó rápido.

    No me quiero imaginar que en el futuro no existan ya demasiadas de estas opciones.

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  4. Interesante la preocupación de SLF y la del Ministro de Cultura y Comunicación, Frederic Mitterand, que expuso «un plan de acción para el sostenimiento de las librerías, …que comprendía la extensión de la etiqueta LIR (Librairies Independantes de Reference)…».

    No puedo menos que evocar una entrada que publicamos en Octubre de 2009 (hace ya 2 años casi) titulado «Francia otorga ‘D.O’ a las librerías independientes» (http://www.pensodromo.com/21/2009/10/francia-otorga-%E2%80%98d-o%E2%80%99-a-las-librerias-independientes/), en el que analizábamos la iniciativa de otorgar el certificado «Librería Independiente Recomendada», y que empezaba así:
    «Vía Publishing Perspectives hemos conocido la noticia de que las librerías independientes de Francia pueden aplicar para recibir el certificado de D.O. —mejor dicho LIR – Librería Independiente Recomendada [Librairie Indépendante de Référence], como parte del “plan livre” lanzado por la ex ministro de Cultura Christine Albanel. »

    Aparentemente la «etiqueta LIR» sigue vigente. ¿Se conoce algún informe sobre los resultados de aquella campaña? ¿O es que se siguen impulsando iniciativas para que parezca que se hace algo pero sin analizar los resultados?

    Pasa el tiempo y diversos estamentos, tanto oficiales como corporativos siguen preocupados. Las iniciativas parecen pretender estimular acciones de compra y la pervivencia de un modelo que muchos se niegan a cuestionar porque «duele» y, en muchos casos, cuestiona privilegios.

    Cabe preguntarse: ¿esas iniciativas tienen algún resultado o son palos de ciego lanzados por el dirigente de turno para simular que hace algo?

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  5. Interesante maestro,

    Leemos «Hay agoreros que afirman que los días de las librerías independientes están contados, que el sistema se esta desmoronando como un castillo de naipes: contracción grave del mercado, aumento de ventas de hipermercados y puntos atípicos, libros electrónicos, subida de alquileres, salarios y transporte, etc».

    El sistema se está desmoronando, cierto, pero aunque el orden de los factores no altere el producto, sí altera el relato: su discurso. Para mi el orden sería este:

    1. Encarecimiento de todo el transporte dependiente del petróleo (barato). Pienso en todas las empresas que están abandonando Asia y resituándose en Latam.

    2. Los salarios… ¿Y cómo no, si vivir en nuestras ciudades cuesta un ojo de la cara… y todo apunta a que nos quedaremos ciegos además de tuertos?

    3. Suben los alquileres… por lo mismo que dije antes: todo lo que implica ciudad, se encarece: dinero, pero también atención, confianza, salud, descanso, etc.

    4. Aumento de ventas en puntos atípicos… Atípicos para la concepción urbanocéntrica que de alguna manera se ha venido imponiendo; pero naturales desde un punto de vista de la perifera y comprensíbles en relación a los nuevos escenarios, con tantos nuevos productos y servicios a los que el subsector se ha mostrando esquivo, cuando no hostil.

    5. Y, cómo no, la contracción del mercado en general que, cómo no, afecta el desarrollo del del libro en particular. No creo que nadie tenga ya ninguna duda: a todos, no sólo a la Madre Superiora, nos van a poner el sillín en la bici.

    Es lo mismo, son las mismas cosas, pero suena distinto. Y luego, claro que sí, el papel del Estado, por acción u omisión, reconvirtiendo o desarreglando. Pero… ¿Alguien alberga alguna sospecha que, desde el estado u desde las instituciones relacionadas con el sector, pueda emerger algún polo de innovación que proporciones herramientas, soluciones, servicios y discurso?

    Lo de que por aquí no arranque lo del «sello de referencia» lo encuentro natural… Tampoco se cree nadie del todo ya lo de » edición al sol», lo del «turismo independiente» y toda la profusión de denominaciones de origen vitivinícola, quesero, cultural o frutal. Lo de los «planes de apoyo» andará bloqueado, quién sabe, quizá porque… Pero ¿quién tiene un plan? ¿Lo tiene CEGAL? ¿Lo tiene Fnac?¿Ha pasado algo más relacionado con el 22 Congreso Librero? ¿Se avanzó en algo? Y de aquel encuentro Otra Mirada en Zaragoza, ¿hubo conclusiones? ¿Siguen trabajando en ellas?…

    Saludos desde Pensódromo 21.

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  6. Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: Que los franceses han protegido y defendido siempre sus librerías independientes es algo que nadie puede negar, sin embargo, el Sindicato de la librería de Francia (SLF) esta seriamente preocupado. Hay agoreros que afirman qu…..

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