Hace unos días me reuní con varios amigos editores que querían conocer mi opinión sobre como fijar precios de libros electrónicos en otros países, de hecho cada día que pasa se están incorporando más países a los metadatos, alguno como Corea, por poner un ejemplo. Obviamente cuando tu colocas el precio de 9,99 euros a un libro electrónico para ser comercializado en España puedes disponer de un conversor automático que te convierta directamente este precio a pesos mexicanos, colombianos o a la divisa de cualquier otro país. Esto supone obviar las diferencias de renta básica de cada país, así como ignorar el poder adquisitivo básico que cada país y población tiene. A la pregunta: ¿Manuel como lo harías? Les respondí: usaría el Índice Big Mac / McDonald’s. Respuesta de algunos de mis amigos editores: ¿Y eso que es?

El Índice McDonald’s (o Índice Big Mac) es un índice publicado por la revista The Economist que compara a través de una investigación no científica el poder adquisitivo entre países en los que se vende la archiconocida hamburguesa de McDonald.

Para ver una descripción del índice puede consultarse la entrada de la Wikipedia sobre este término.

Como la estructura de metadatos es cada vez más amplia en cuanto a países la recomendación que suelo hacer es la de multiplicar por 2 o por 3 (como máximo) el valor del índice hamburguesero de cada país. ¿Qué consigues con eso? Obviamente no puedes maximizar el beneficio, que sería enfocar directamente a conversión directa, ya que entonces estas desarrollando unas políticas de precios en numerosos casos disparatadas y completamente anticompetitivos, el usar un multiplicador del precio de una hamburguesa te hace tener precios muy competitivos y al alcance de grupos demográficos y de renta de amplia horquilla, no olvidemos que en América Latina son grupos demográficos muy jóvenes pero de rentas limitadas los que están comenzando a descargar ebooks desde numerosas plataformas.

Al contrario de lo que ocurría con el papel que comercializábamos en muchos países a través de distribuidores (los libros tenían un precio en muchos casos escandaloso), con el digital podemos ir a una fijación de precios más que razonable y controlada.

Así que a los que les venga bien ya saben que este índice es muy útil para fijar precios de libros electrónicos en otros países.

Escrito por Manuel Gil

Nacido en Albacete, licenciado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid y Master en Dirección Comercial y Marketing por el IE Business School. De 2016 a 2021 fui Director de la Feria del Libro Madrid. Mi trayectoria y experiencia profesional se ha desarrollado en importantes empresas del sector del libro –Cadena de Librerías 4Caminos, Paradox Multimedia, Grupo Marcial Pons, Ediciones Siruela, OdiloTID–, asiduo visitante de todas las Ferias del libro de Latinoamérica. En la actualidad, desempeño tareas de docencia en España y en América, y me dedico a la consultoría en el sector editorial y a la investigación de mercados en relación al mundo del libro.

6 Comentarios

  1. […] Por su parte Blanca Rosa Roca afirmó que una de las dificultades principales que encontraron en su empresa a la hora de digitalizar fueron los problemas derivados de la falta de un acuerdo con los agentes sobre los royalties. Actualmente se ha avanzado en la construcción de pactos estándar que facilitan los procesos de negociación. También destacó otra novedad que trae el e-book: se trata de la necesidad por parte del editor de fijar el precio de venta al público en varios países. Mientras que con el libro en papel éste era determinado por el distribuidor que conocía aquel mercado, actualmente hemos de enfrentarnos al dilema del “pricing”. Debemos evitar la tentación de tomar como referencia el poder adquisitivo de los europeos a la hora de vender libro electrónicos en América, por ejemplo (recientemente el blogger Manuel Gil ofrecia una solución sobre este problema en su bitácora). […]

    Responder

  2. […] Por su parte Blanca Rosa Roca afirmó que una de las dificultades principales que encontraron en su empresa a la hora de digitalizar fueron los problemas derivados de la falta de un acuerdo con los agentes sobre los royalties. Actualmente se ha avanzado en la construcción de pactos estándar que facilitan los procesos de negociación. También destacó otra novedad que trae el e-book: se trata de la necesidad por parte del editor de fijar el precio de venta al público en varios países. Mientras que con el libro en papel éste era determinado por el distribuidor que conocía aquel mercado, actualmente hemos de enfrentarnos al dilema del “pricing”. Debemos evitar la tentación de tomar como referencia el poder adquisitivo de los europeos a la hora de vender libro electrónicos en América, por ejemplo(recientemente el blogger Manuel Gil ofrecia una solución sobre este problema en su bitácora). […]

    Responder

  3. […] "Hace unos días me reuní con varios amigos editores que querían conocer mi opinión sobre como fijar precios de libros electrónicos en otros países, de hecho cada día que pasa se están incorporando más países a los metadatos, alguno como Corea, por poner un ejemplo."  […]

    Responder

  4. Conversores automáticos, disposición de precios automática sin tener en cuenta la renta y los poderes adquisitivos, circunstancias y contextos obviados en aras del «hamburguesismo» sea o no literario… Sí, está claro que vamos por buen camino. Sobre todo si tienes acciones tecnológicas… Se me acaba de abrir el apetito literario. Voy a leer algo de esas cheese burguer con pepinillo de las que ahora tanto gustan.

    Saludos.

    Responder

  5. Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: Hace unos días me reuní con varios amigos editores que querían conocer mi opinión sobre como fijar precios de libros electrónicos en otros países, de hecho cada día que pasa se están incorporando más países a los metadatos, a…..

    Responder

Deja un comentario