Tras un par de meses de incertidumbre en el que los libros españoles han estado parados en las aduanas de Argentina llega este acuerdo que, en vez de arreglar el problema, pone a la industria editorial española en un brete. La idea es la de favorecer a su industria gráfica nacional estableciendo cupos de importación-exportación, de manera que cada empresa debe exportar un monto equivalente a lo que importa, y si la cifra se vence por el lado de lo que importa el diferencial debe ser ingresado a la hacienda pública (desconozco si como porcentaje o en su totalidad). La opacidad que ha habido con este tema me impide tener una información precisa sobre el asunto. Es una medida obviamente proteccionista que, aún sin compartirla, es legítima.

El problema es que la industria gráfica argentina no es demasiado competitiva, se habla de porcentajes del 25% en costes superiores a la producción en España. El problema surge cuando observas que no queda claro qué papel está desarrollando la administración estatal española sobre un problema de esta envergadura, es decir, el Ministerio y la Dirección General del Libro, a los que se supone preocupados por el tema y con una actividad frenética en apoyo de la industria editorial española. Llevo años escuchando el tema de la «libre circulación del libro en América», pues bien, esto es un batacazo de grandes proporciones, pues si ya teníamos dificultades en Venezuela ahora surge Argentina. ¿De qué leches se habla en las cumbres Hispanoamericanas? ¿Se presiona a favor de la libre circulación de las industrias culturales en Hispanoamérica?

A todo esto, no he visto nada reflejado en prensa, lo que me viene a confirmar el bajo poder mediático que la industria editorial tiene, a pesar de representar un porcentaje muy alto en el PIB de las industrias culturales. No puedo entender que en los medios impresos y televisivos no se cubra esta noticia, que sólo he visto en blogs del sector. A mi modo de ver el Ministerio de Cultura debería explicar qué se está haciendo desde esas instancias sobre este tema, si es que se está haciendo algo. El problema es grave, muy grave. En el caso de las exportaciones a Argentina estábamos ante un proceso de recuperación muy interesante, acercándonos lentamente a las cifras que tenía ese país antes del «corralito», y esta situación pone a muchas editoriales en una situación muy complicada. Ante la caída lenta pero continuada del comercio interior, muchas editoriales estaban haciendo de la exportación una actividad prioritaria, y esto supone un frenazo brutal y un recorte radical de sus expectativas.

El acuerdo (que reproduzco recogido de este enlace) no explica la política de cupos import-export ni si se establecerá por editoriales o por distribuidores, pero lo que si queda claro es el intento de favorecer su industria gráfica nacional y elevar las exportaciones para equilibrar una negativa balanza comercial en torno al libro. Insisto, en un mundo globalizado la medida es difícil de entender, y en vez de buscar la competitividad de una industria lo que se hace es puro proteccionismo. En cualquier caso se trata de una situación que es un problema político, y son las administraciones las que deben abordar las soluciones. La complicidad entre editores, y no la competencia, debe conllevar una presión sobre sus gremios e instituciones nacionales que favorezcan una pronta resolución del problema. Si este tema se enquista en el tiempo a muchas editoriales les pasará factura y las pondrá al borde del abismo.

Acta acuerdo entre el Poder Ejecutivo Nacional y la Cámara Argentina de Publicaciones

En el día de la fecha se realizó en la Secretaría de Comercio de la Nación, la firma del Acta Acuerdo, entre el Poder Ejecutivo y la Cámara Argentina de Publicaciones, para lograr establecer un equilibrio entre las importaciones y exportaciones desde el corriente mes de octubre del 2011 al mes de septiembre del año 2012.

El Acta fue firmada por la Ministra de Industria de la Nación Lic. Débora Georgi, el Secretario de Comercio Lic. Guillermo Moreno, el Secretario de Cultura Sr. Jorge Coscia y el Presidente de la Cámara Argentina de Publicaciones Sr. Héctor Di Marco.

Las editoriales y distribuidoras agrupadas en la Cámara Argentina de Publicaciones, se comprometen en dicho plazo a incrementar la impresión de libros en nuestro país y a la vez tratar de aumentar las exportaciones.

El Lic. Guillermo Moreno se comprometió a liberar en las próximas 48 horas, el material que se encuentra retenido en las aduanas, perteneciente a las editoriales que se sumaron al acuerdo firmado por la Cámara.

Escrito por Manuel Gil

Nacido en Albacete, licenciado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid y Master en Dirección Comercial y Marketing por el IE Business School. De 2016 a 2021 fui Director de la Feria del Libro Madrid. Mi trayectoria y experiencia profesional se ha desarrollado en importantes empresas del sector del libro –Cadena de Librerías 4Caminos, Paradox Multimedia, Grupo Marcial Pons, Ediciones Siruela, OdiloTID–, asiduo visitante de todas las Ferias del libro de Latinoamérica. En la actualidad, desempeño tareas de docencia en España y en América, y me dedico a la consultoría en el sector editorial y a la investigación de mercados en relación al mundo del libro.

6 Comentarios

  1. […] Proteccionismo del libro y daños colaterales « Antinomias Libro. […]

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  2. […] unos días leí en el blog @ntinomiaslibro que el bloqueo al millón seiscientos mil libros españoles retenidos en la aduana argentina desde […]

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  3. No veo por qué la Argentina debería preocuparse por la industria editorial española, del mismo modo que no veo por qué los españoles usan como argumento el estado de nuestra industria gráfica.
    La decisión argentina es proteccionista, sí, y en buena hora, y los españoles deberían recuperar políticas de este tenor antes de criticar las que se están llevando a cabo en América (que no es Estados Unidos).
    Volviendo a lo estrictamente editorial, resulta bastante enojoso que lo que leeremos los argentinos se decida en España. Por mi parte, como dije,bienvenida una medida proteccionista como esta. Con seguridad, la política de reindustrialización de nuestro país alcanzará a las imprentas y estas podrán ponerse al día.
    Cabe aclarar que las editoriales que no están conformes con esta medida son,casualmente, las trasnacionales, que poco aportan a nuestro país y ni siquiera dejan aquí sus ganancias.

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  4. Querido maestro,

    Es como usted dice: un asunto grave. Pero permítame tratarlo con algo de levedad ya que quisiera resituar el enfoque. Usted escribe …Proteccionismo del libro y daños colaterales, y que «Tras un par de meses de incertidumbre en el que los libros españoles han estado parados en las aduanas de Argentina llega este acuerdo que, en vez de arreglar el problema, pone a la industria editorial española en un brete».

    Y yo le pregunto… ¿No es esta situación pariente de cómo se ha venido comportando la industria editorial española en Argentina? Este diástole –proteccionista, de acuerdo– ¿no va de la mano del sístole transnacional de nuestra industria? ¿No encuentra usted correlaciones entre la falta de competitividad de la industria argentina y el ideal competitivo de viaje de ida solamente, de considerar esos mercados solo para la venta de «nuestros libros»? No estoy de acuerdo con la medida argentina, claro que no, pero me vienen a la memoria las peticiones de subvenciones para la exportación de editores «independientes» (por ejemplo, en el pasado encuentro Otra mirada, en Zaragoza), y toso: cof, cof.

    Saquemos del tablero de la consideración a la gran industria editorial española y a la industria argentina… que como usted dice resolverán sus problemas ministros de cultura e industria mediante (que para eso están). ¿No cree que parte del problema pasó porque editoriales pequeñas y medianas copiaron los modos de los grandes grupos (mantra en el gremio) en vez de considerar durante estos años opciones de impresión bajo demanda o acuerdos de coedición? ¿Hasta cuando puede ser parte del plan estratégico editorial español mandar papel y cola por barco? ¿Quién se beneficia?

    El acuerdo, lo comparto, es una Bananita Dolca, pero dice usted antes de mostrarlo: «Si este tema se enquista en el tiempo a muchas editoriales les pasará factura y las pondrá al borde del abismo». ¿Está de acuerdo en que existen editores que por el hecho de venir implementando la impresión «bajo demanda» o la «coedición» sufren menos este problema? ¿Qué siente usted de verdad cuando un editor español le comenta apesadumbrado que hoy, Noviembre de 2011, tiene sus libros retenidos en la aduana argentina por dos meses?

    Nosotros leemos ese tipo de noticias con mucha preocupación, cómo no, pero al final nos alegramos de poder gritar… ¡Viva la edición 21! Que tambien tiene sus problemas, pero son otros. Porque al final, lo fundamental es que la industria se considera a sí misma española o argentina, y que aunque rinde de modo transnacional, reditúa en clave Argentina o España.

    ¡Viva la edición 21! ¡Vivan los Estados Unidos de Iberoamérica!

    Usted sabe que le comento, por ejemplo, desde nuestra experiencia directa en Bolivia: un no mercado para la industria (Bolivia es un flete con un metro cúbico tremendo y además país repleto de piratas), pero un si mercado cultural, atendible en formas y maneras sostenibles, y también desde allí: coeditando e imprimiendo lo bolivianamente necesario, a costes locales. Es curioso como a los piratas les interesa más la industria que la edición 21 ¿Se gana menos? Si. Será por eso. Pero se gana mejor, se gana más fuerte y se gana en las dos partes. Porque los 2.000, 3.000, 20.000 o 100.000 bolivianos –no lo sabemos a ciencia cierta– que pueden acceder a libros impresos mueven una platita: industrialmente irrisoria, vale, pero editorialmente muy satisfactoria.

    Es curioso cómo, por un lado se observa el desarrollo cultural de la lectura social de libros (ayer Julieta Lionetti publicó una interesante entrada sobre Kindle Owner Lending de Amazon) y por otro, se observa como se atrabanca en los pasos de aduana o en el alambre de los aranceles la industria del libro impreso (en industria española).

    Siempre sugerente su trabajo.
    Abrazos.

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  5. Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: Tras un par de meses de incertidumbre en el que los libros españoles han estado parados en las aduanas de Argentina llega este acuerdo que, en vez de arreglar el problema, pone a la industria editorial española en un brete. L…..

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  6. […] Proteccionismo del libro y daños colaterales « Antinomias Libro. Category: Artículos, Comercio exterior | % Leave a comment […]

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