Me deja un amigo editor el Anuario 2012 de la Revista DELIBROS, y digo me lo deja porque dicho número cuesta 50 euros, y la suscripción 160, cifra que me parece demasiado elevada como para suscribirme personalmente.

Me llama poderosamente la atención un artículo de Virginio Nuñez, gerente de la cadena Librerías L, sobre la burbuja de la producción editorial. El artículo pone de manifiesto la imposibilidad de las librerías de hacer frente al tsunami de novedades que se editan, y ofrece unos datos que me dejan sencillamente impresionado y sobre los que no había observado a nadie reflexionar. Brillante y aguda su reflexión, muestra unos datos sencillamente alucinantes, que mueven abiertamente a reflexión. Los datos que ofrece son estos:

  • Libros de bolsillo. Desde 1999 a 2010 se han editado 433 millones de ejemplares, se han vendido 257, y quedan en almacenes más de 175 millones.
  • Literatura. Desde 2001 a 2010 se han editado 808 millones de ejemplares, se han vendido 601, y quedan en almacenes más de 200 millones.
  • Libro Infantil-Juvenil. Desde 2001 a 2010 se han editado 525 millones de ejemplares, se han vendido 377, y quedan en almacenes más de 145 millones de ejemplares.

¿Hay en estos momentos más de 500 millones de libros en almacenes? Perplejo por la lectura de los datos llamo a un amigo saldista (para aquellos que no hayan trabajado nunca con un saldista les diré que son unos maestros del marketing del «contado rabioso» y de la liquidación a la «velocidad ninja») para preguntarle acerca de este tema. Efectivamente me señala que los almacenes están al borde de la fusión nuclear. Miles y miles de palets de invendidos.

Lo que me comenta me deja todavía más perplejo. El negocio del saldo va como un tiro, al menos el de este colega y, para colmo, abriendo nuevos canales. Toda la cadena de valor del saldo se mueve con compra al contado fulminante y sin derecho a devolución. Me dice que cuantos más libros tengan sin vender las editoriales el precio de compra que ellos ofrecen tira a la baja. La salida por saldo es casi la única alternativa que tienen los editores ante el producto invendido. Los altos costes de almacenaje, ubicación y transporte, conllevan que se tenga que provisionar y depreciar esas existencias. Esto denota que entre el precio único y el saldo puro debería haber otras alternativas. Hasta hace poco el canal saldo se nutria de anticuarios establecidos, muchos de ellos con tiendas en la calle; ahora se está ante una diversificación multicanal más profunda, siendo la horquilla de elasticidad al precio lo que determina la elección de un medio u otro de comercialización. Me habla incluso de lo que llama «canal multiprecio», susceptible de aceptar ediciones específicas para ese canal: el mismo contenido con dos cubiertas diferentes para vender en esos puntos de venta, a un 1 euro y a 3 euros, las tiradas, de miles de ejemplares. En realidad se refiere a tiendas de chinos y todo a uno, puestos móviles en lugares de veraneo, feriantes ambulantes de ferias del libro en provincias, etc. El canal tiene incluso una gran estacionalidad, su fuerte, primavera-verano. En resumen, me dice que como canal atípico del libro van como un tiro, y me señala los grandes parámetros críticos del negocio: comprar barato y vender al menos al doble o triple al punto de venta; este, a su vez, multiplica por tres; si un libro no se vende a 6 euros, se prueba a 5 y si no a 4, y así hasta encontrar el precio aceptable para el cliente; desde la compra a la venta siempre al contado y sin devolución; y mucha elasticidad al precio. Y una ultima cosa muy importante, en este proceso de venta lo que rota es el cliente, no el producto, da igual que el libro sea novedad o de la edad del bronce, pasta dura o rústica, es sólo papel manchado de tinta.

Escrito por Manuel Gil

Nacido en Albacete, licenciado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid y Master en Dirección Comercial y Marketing por el IE Business School. De 2016 a 2021 fui Director de la Feria del Libro Madrid. Mi trayectoria y experiencia profesional se ha desarrollado en importantes empresas del sector del libro –Cadena de Librerías 4Caminos, Paradox Multimedia, Grupo Marcial Pons, Ediciones Siruela, OdiloTID–, asiduo visitante de todas las Ferias del libro de Latinoamérica. En la actualidad, desempeño tareas de docencia en España y en América, y me dedico a la consultoría en el sector editorial y a la investigación de mercados en relación al mundo del libro.

15 Comentarios

  1. dispongo de más de 20.000 libros nuevos de almacén, quién me podría dar una solución razonable para venderlos todos y quitarme el almacén. Juan

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    1. sigues teniendo los libros??

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          1. me quedan varios miles nuevos en el almacén

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            1. dispongo de mas de 5000 libros de diferentes temas como cocina, infantil , literatura. etc

              Responder

      1. me quedan varios miles

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    2. dejame un e-mail . me interesa comprarte algo.

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  2. […] IU registra una iniciativa para que el Gobierno “restituya de manera inmediata” las ayudas a las bibliotecas para suscribirse a revistas culturales »    (Sobre)saturación de almacenes by Vázquez, 02.06.12, tweetmeme_style = 'compact';tweetmeme_url='http://valordecambio.com/2012/02/06/sobresaturacion-de-almacenes/';(Sobre)saturación de almacenes « Antinomias Libro. […]

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  3. Creo que hay quien confunde el análisis que hace Manuel en este artículo con elogio al saldo. No es lo mismo.

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    1. Hola Jaume, si es por mi comentario, creo que dejo claro al final de mi post que intentaba ser un complemento al texto de Manuel. Su entrada es clara y concisa, tal y como nos suele tener acostumbrados…gracias

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  4. El precio fijo crea estas paradojas espacio-temporales. Sé de buena tinta que un amigo editor cada vez que edita un libro le pide prestado a McFly el Delorean, viaja a dentro de cinco años, vende unas cajas a peloputa para saldo, y como le pagan en el momento vuelve y abona el recibo de la luz.

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  5. Estimado Manuel,

    Interesante como siempre tu post. Creo que también sería importante señalar los posibles perjuicios y costes negativos en cuestión de imagen y perdida de credibilidad que podría suponer a una editorial el saldo de sus libros si esta operación no se hace con el debido cuidado. Aunque supuestamente, antes de la crisis, el consumidor final respondía a perfiles diferenciados, ahora mismo no puede decirse lo mismo. Yo adquirí hace dos meses un libro de Critica (cuatro años de antigüedad) cuyo PVP inicial era aproximadamente 50 € por solo 9,99 €.

    Recuerdo que hace unos años, yo no había empezado a trabajar profesionalmente en el sector, podías encontrar, principalmente en países latinoamericanos, grandes espacios-librerías en los que podían adquirirse este tipo de libros, procedentes principalmente de España. En aquel tiempo, para muchos editores, el mercado latinoamericano suponía una segunda oportunidad de venta-saldo. Obviamente esta manera de entender el mercado ha cambiado desde hace unos años, ya que la propia recuperación y fortaleza del sector en dichos países, el coste del transporte, las reticencias de los distribuidores, la exigencia de novedades y la inmediatez que proporcionan las nuevas tecnologías, …etc., hacen que algunos editores se hayan decantado por la destrucción del libro y su venta como papel, prescindiendo del contenido. Esto no quiere decir que otros editores sigan saldando los libros…etc.,

    Disculpa la digresión, pero he creído interesante complementar tu post..

    Un saludo

    Iñaki

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  6. […] background-position: 50% 0px; background-color:#222222; background-repeat : no-repeat; } antinomiaslibro.wordpress.com – Today, 2:32 […]

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  7. Información Bitacoras.com…

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