Leo en la prensa que el nuevo libros de Paul Auster sale en digital unos días antes que en papel, lo cual me parece una cuestión absolutamente intrascendente, aunque le reconozco a Anagrama casi el ser un precursor (no en vano esta editorial ha sido en muchos casos una editorial heterodoxa), pues salvo los contenidos de editores puramente digitales no conocía ningún ejemplo hasta ahora. Hasta aquí de acuerdo.
Harina de otro costal es que el libro tenga un precio de 10,99 durante 13 días y luego pase a costar 14,99 euros. La primera reflexión que hago es ¿en qué ley se apoya Anagrama? Con la Ley del Libro en la mano esto no es posible. Es cierto que en obras de varios volúmenes en régimen de suscripción sí se podía (se admitía) el que existiese un precio de prepublicación, lo cual era una forma excelente de ajustar la tirada y vender antes de editar. Pero en este caso no hablamos de una prepublicación, sino de un libro que durante unos días tendrá un precio y unos días después otro. El hándicap que le veo a la iniciativa de Anagrama es que se queda corta, muy corta, es una especie de coitus interruptus digital; lo suyo, ya que operas al borde de la ley, hubiese sido poner un precio de 4,99 y salga el sol por Antequera, probablemente se fuese a varios miles de descargas y quedaban como los príncipes del digital. Vamos, para hacerle un homenaje. Una pena.
Pero matizo todo lo anterior y señalo una cuestión de método importante. Soy un enemigo absoluto del precio fijo en sus términos actuales, el sistema está altamente pervertido y es para muchos un dogma talibanesco. Creo que está dando sus últimas bocanadas en cuanto a que presenta un cuadro terminal. Los numerosos cierres en estos últimos meses de librerías (el precio fijo ya no las protege, la protección de las librerías hay que generarla desde otros lados) me hacen ver que estamos ante un cadáver que huele.
Es por esto que en numerosas ocasiones he defendido la siguiente tesis: o el precio fijo se aplica a rajatabla (piensen que el 50% del comercio interior del libro está ya en precio libre) o se suprime y se pasa a otro sistema de precios. Pero no al precio libre tal y como se entiende desde un punto de vista de economía liberal, sino a un modo que he denominado la tercera vía del precio para el libro. La idea que he defendido en varios artículos es que se establezca un precio fijo de compra al canal—punto de venta— y libre al cliente. Esto significa lo siguiente: todos los puntos de venta reciben la mercancía del editor al mismo precio; el distribuidor pierde así la potestad de mover los descuentos a su antojo, por lo que se igualaría la base competitiva inicial de todos los puntos de venta, hecho éste que en la actualidad no ocurre. Pensemos en que una gran superficie llega hoy por hoy a comprar con una diferencia de entre 15 y 20 puntos (al descuento directo hay que añadir otras bagatelas, anuncios en revistas, escaparates, góndolas, campañas especiales, etc…) en relación a una librería independiente. Y posteriormente el punto de venta, en función de su escandallo de costes internos, fija el precio al cliente, pudiendo poner precios diferentes en función del historial de compra de cada cliente, lo que se denomina precios dinámicos. Una cuestión no menos importante es la siguiente, como las devoluciones este año están ya en entre el 40% y el 50%, se puede efectuar rápeles en función de tramos de devolución, a menor índice de devolución mayor rápel. Estoy convencido que esta forma igualitaria de tratar al canal aumentaría la competitividad de la librería independiente (junto a otras muchas medidas); y como sus escandallos de costes internos no son elevados, les permitiría competir de tú a tú con las grandes superficies. Ni que decir tiene que la venta a perdidas no se admite en este esquema.
En cualquiera de los casos, y visto lo visto, felicito a Herralde, va a poder hacer un experimento fantástico, comprobar en vivo y en directo la brutal elasticidad que el precio tiene hoy en España, es un precursor heterodoxo que explora vías hasta hoy poco o nada transitadas.
[…] Por eso resulta muy interesante que desde el propio sector editorial se planteén diferentes opciones: es muy interesante la propuesta de Manuel Gil en su artículo : “la tercera vía del precio fijo/libre del libro” […]
[…] la caja de los truenos en relación al precio fijo. En esta línea no comparto algunos puntos del análisis de mi amigo Manuel Gil en relación a la interpretación de la Ley de la Lectura, del libro y de […]
Manuel, para poder avanzar en este debate necesitaríamos saber si hay mercados que se rijan por este sistema de precios, y cómo les va a unos y otros.
También deberíamos imaginar un mecanismo que asegurara su cumplimiento. ¿Es creible que un editor resista las presiones de un cliente poderoso para no hacerle un precio de cesión más bajo del «oficial»? No veo cómo impedirlo: si ahora se incumple el precio fijo de venta final luego se incumplirá el precio fijo de cesión.
Y sobre todo, creo que hay que reflexionar detenidamente sobre las consecuencias que tendría este nuevo sistema antes de condenar al sistema vigente, no vaya a ser que nos carguemos el uno sin conseguir el otro. Cabe recordar que el precio «libre» es la ley de la selva, y la selva más grande se llama Amazonas en español.
Querido Juan Miguel,
Trabajé durante 10 años en empresas de informática y multimedia y este era el sistema que seguiamos para igualar la competencia entre empresas competidoras. Estoy dispuesto a admitir que estoy en un error si me lo demuestran, pero con los resultados actuales creo que vamos abiertamente al desastre. Creo que se hace imprescindible montar un foro para debatir las medidas hay que adoptar para apoyar la librería, como te puedes imaginar mi intento teórico es paliar, en la medida en que se pueda, lo que a todas luces se acabará imponiendo, el precio libre de compra y venta total, y entonces, como tú bien dices, esto será la selva. Si conseguimos montar un foro de ebate sobre el teme, descuida que será el primer invitado a exponer tus planteamientos. Por cierto, ¿que opina Cegal del tema del precio del libro electrónico de Anagrama? ¿La Ley del Libro le cobija?
Un abrazo de amigo
Manuel
Soy abiertamente partidario de ese foro de debate que mencionas. Sólo pido cuidado para evitar que a río revuelto, etc…
Cuando opino aquí lo hago como librero independiente, no como portavoz de Cegal. Pero por supuesto que hablaremos del tema. La postura de Cegal es que se cumplan las reglas del juego. A cambio recibe acusaciones de inmovilismo, de impedir el dinamismo comercial, etc. Como dice Guillermo, el precio fijo ha cumplido un papel garante de la diversidad. Que ya no sea así es materia de debate, no un hecho incontestable.
Un abrazo.
Juanmi
Manuel
Coincido plenamente con tu análisis
La actual política de precio fijo es insostenible en la era digital
No protege a las pequeñas y medianas librerías, más bien aporta aún más ventajas competitivas a las grandes plataformas
La economía digital exige una política de precios dinámicos que permita a los libreros ajustar la oferta a la demanda o fomentar la demanda con precios competitivos.
Un saludo, javier
Estimado Javier,
Gracias por entrar a comentar en este blog tus puntos de vista, que como te puedes imaginar, viniendo de tí, nos aportan un plus de credibilidad, pero te hago una reflexión, si el precio fijo no tiene sentido en el mundo digital, ¿consideras que tiene hoy, con la que está cayendo, sentido en el mundo analógico? Mi opinión es que no tiene sentido en ninguno de los mundos, y cuando un editor bordea la ley lo que está haciendo es avanzar en su lapidación, con la complicidad callada de los libreros que ni siquiera cuestionan su validez.
Un abrazo y muy agradecido.
Manuel
El precio fij0o ha sido un gran invento, es una medida proteccionista que desarrolló un gobierno socialisrta (Mitterand) en un momento en que era posible cierta coherencia entre ideología y medidas de gobierno. Ha permitido la variedad de la oferta editorial, y su pérdida nos lleva a un desastre cultural además de económico para el sector. Pero no prepararse pa¡ra ese posible futuro me parece casi suicida. El mundo (Europa en especial) ha cambiado en el último año. No creo que los gobiernos europeos de hoy entiendan que una «protección cultural» tenga sentido, y eso, claro, me da mucho miedo. Pero mejor que nos pille de sorpresa.
Caballeros, el modelo que propone Manuel es el que existe en Estados Unidos, y no protege a las librerías. Amazon vende a pérdida porque usa al libro para ganar cuota de mercado como super y vender zapatos y heladeras.
No digo que el precio fijo como funciona en España sea una panacea, pero tampoco es verdad que el precio libre fomente por sí mismo la libre competencia ni la bibliodiversidad. Casi nadie en la industria en EEUU piensa eso porque está claramente demostrado que no es así. Claro que las promos vía precio funcionan, pero que los precios de los libros españoles sean caros no quiere decir que hacer que los libreros vendan a pérdida para llegar a precios razonables al cliente sea algo maravilloso para los editores ni a largo ni a mediano plazo.
Que sigan muy bien.
Yo soy favorable a establecer un precio fijo máximo por encima del cual no se puede subir, con el fin de proteger al lector y no a los pequeños libreros, como se hace ahora con el precio fijo mínimo. Me gusta mucho también la idea de establecer un precio fijo para los distribuidores.
No hay que olvidar que en España no se puede vender bajo precio de coste.
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Estupenda propuesta para el precio fijo. Como dueña de un pequeño (por decir algo) comercio, quien me ahoga principalmente es el precio al que compro, no al que vendo.
No es tanto en libros como en dvd donde da risa el descuento del 4% sobre precio de mercado que me ofrecían (el corte ingles ofrece el 35% en determinados días a todo el mundo).
Imaginen por un momento que hay que explicar al sufrido y escaso lector varias cosas:
1. ¿Por qué un libro cuesta actualmente lo que cuesta?
2. ¿Qué pasaría si el precio fuera libre?
3. ¿Cuanto cuesta hacer un libro en papel? (se supone que el lector no es tonto, sabe que no es lo mismo hacer el volúmen XXIII de la Enciclopedia del Cansino Histórico que el último libro de Pocoyó en el Amazonas)
4. ¿Cuanto cuesta hacer un libro en digital?
5. ¿Qué alternativas hay al precio intervenido del libro?
6. ¿En serio hay alguna alternativa?
Todo lo que cuestione el dogma de fe del precio fijo es bueno, porque se cuestiona un modelo de distribución que está ahogando al pequeño (sea librero, editor o autor) y poniendo en peligro la diversidad. Dicho esto, vivan las iniciativas que sean, los experimentos… pero hay un riesgo: cuánto hay en estas iniciativas de operación notoriedad, y lo malo es que se corre el riesgo de que los estrábicos y tuertos (me refiero a guruses, pseudoconsultores y demás) se empeñen en que un éxito puede convertirse en El Modelo. Lo estamos viendo con el admirable proyecto editorial de Casciari… ¿sería viable si no fuera el único? ¿no es precisamente lo novedoso de la propuesta lo que la hace viable, y no está esa viavilidad sujeta a su caracter novedoso?
En cualquier caso, como siempre, atinadísimo el enfoque, don Manuel.
Información Bitacoras.com…
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[…] Un estudio pronostica que la actual crisis económica beneficiará a la industria editorial » La tercera vía del precio fijo/libre del libro by Vázquez, 01.16.12, tweetmeme_style = 'compact';tweetmeme_url='http://valordecambio.com/2012/01/16/la-tercera-via-del-precio-fijolibre-del-libro-antinomias-libro/';La tercera vía del precio fijo/libre del libro « Antinomias Libro. […]
[…] Un estudio pronostica que la actual crisis económica beneficiará a la industria editorial » La tercera vía del precio fijo/libre del libro « Antinomias Libro by Vázquez, 01.16.12, tweetmeme_style = 'compact';tweetmeme_url='http://valordecambio.com/2012/01/16/la-tercera-via-del-precio-fijolibre-del-libro-antinomias-libro/';La tercera vía del precio fijo/libre del libro « Antinomias Libro. […]
Los principales beneficiarios de este operativo serán los libreros tradicionales. La difusión mediática que esta oferta ha tenido, hará que mucha más gente se entere de que hay un nuevo libro de Auster, y de la edición en papel se venderán varias docenas de miles de ejemplares más. Conciene ser más amplio en la mirada!.
Querido Guillermo, espero no ser blanco de tu enfado si muestro mis dudas ante esa afirmación de que habrá más gente que compre el libro en papel. A ese precio (20€) el libro lo comprarán los mismo que suele compran a Auster y que no necesitan esa difusión para saber que salía un nuevo libro suyo. En los tiempos que corren, no veo esas docenas de miles más de compradores, fuera de su público fiel (esperemos que este al menos se mantenga). Sin embargo, una promoción como la de Anagrama, pero bien hecha, sí que hubiera conseguido vender algunos cientos o miles de descargas del libro electrónico, si lo hubieran puesto a un precio atractivo, por ejemplo 5€ como apunta Manuel Gil. La campaña de difusión de la primicia del ebook, ha tenido mucha repercusión pero le auguro poco «retorno». Ojalá me equivoque.
Pero el post de Manuel Gil creo que iba por otro sitio.
enfado nunca, este tipo de intercambio nos enriquece, no necesariamente tene3mos que estar de acuerdo. Por otro lado lo mío son solo opiniones, obviamente las decisiones son del editor, que experiencia, tiene!
¡Eso no se lo niega nadie! 🙂
Estiamdo Guillermo,
Creo que no me he debido explicar bien en este post. Estoy de acuerdo contigo en que la venta masiva de este libro en papel en las librerías beneficiará a las librerias independientes, hasta aquí de acuerod, pero mi interes en este post era señalar que la heterodoxia de Anagrama, bordeando la ley, en el fondo se queda corta, y que si se están haciendo cosas que se saltan la Ley del Libro habrá que entrar a discutir modelos sobre cómo defender eficazmente la librería. he tebaADO 20 años como librero y lo que me preocupa es el paso directo a un sistema de precio libre (al que creo que vamos) con la consiguiente desaparición masiva de librerías independientes. A ver si tenemos una ocasión de discutir, tras un café, nuestros respectivos puntos de vista, sería un placer para mi distutir contigo estos extremos y otros muchos. Y mil gracias por escuchar tus sabios comentarios.
un abrazo
Manuel
Manuel, lo primero -en mi opinión- es aceptar que las futuras reglas del juego del e-book no las pondrán las editoriales sino las grandes compañías informáticas. Será Amazon quien dicte hasta las leyes, no Libranda ni sus socios. Y este es el problema para el que nos tenemos que preparar. Lo demás, es hacer lo del avestruz (entierra la cabeza para no ver lo que sucede a su alrededor). Nos vemos cuando quieras. Abrazo,