Desde hace muchos años suelo dedicar unas horas a leerme los programas electorales de los partidos políticos en época de elecciones. Esta práctica la empecé a realizar en 1977, fecha en la que me presenté a las elecciones en una coalición obrero-estudiantil de partidos de ideología comunista, y no la he interrumpido a lo largo de estos años. Bien es cierto que ahora suelo hacer lo que denomino unas «catas» y me concentro en el epígrafe Cultura buscando referencias al sector del libro. Algunos de estos programas bordean, literariamente y en contenido, algún subgénero de la ciencia ficción. En algún caso creo necesario recomendarles que acudan a firmarlos a las casetas de la próxima Feria del Libro. Muy probablemente, habría grandes atascos a la hora de la firma.
He examinado los programas del PP, PSOE e IU. Un cóctel duro, de difícil ingestión, aunque los he acompañado de varios sobres de Almax, por aquello de la acidez, y de un comprimido de Enalapril, para que no me suba la tensión.
La industria cultural por excelencia es el libro, garante de gran parte del PIB de las industrias culturales, pues bien, su papel en los programas electorales es mínimo y, en algún caso, prácticamente inexistente. Destaco algunas frases de cada uno de los preámbulos y luego transcribo alguna de sus propuestas.
Programa del PP
PREAMBULO:
El ámbito cultural español ha sido objeto en los últimos años de una política subvencionadota e ineficiente. El aumento de la demanda de bienes culturales no se ha visto acompañado por una actuación publica que haya incentivado la iniciativa y la dinamización del sector. España carece hoy de una estrategia eficaz de difusión y consolidación de su industria cultural.
Impulsaremos decididamente el mecenazgo como soporte activo de los emprendedores culturales y de la innovación creativa, restituyendo a la sociedad su protagonismo y sustituyendo la trasnochada estrategia de la subvención. Facilitaremos un entorno legal que mejore la protección de nuestro patrimonio cultural. Promoveremos una protección de los derechos de propiedad intelectual que permita la innovación y el desarrollo de nuevos modelos de negocio. Es fundamental incorporar definitivamente nuestras industrias culturales al nuevo entorno digital. Integraremos toda la política cultural en una acción transversal, que coordine su dimensión educativa, industrial y exterior.
Proponen 11 medidas, de las que destaco 5, alguna de ellas sólo colateralmente tiene algo que ver con el libro.
- Promoveremos una acción cultural coordinada con la proyección exterior que proporcione a España una plataforma de visibilidad global y facilite la promoción internacional de la cultura en español.
- Impulsaremos el mecenazgo para que tanto particulares como empresas se involucren en la financiación y promoción de la cultura, sustituyendo progresivamente el actual modelo basado en subvenciones.
- Suprimiremos el canon digital y lo sustituiremos por nuevos modelos de gestión y retribución de la propiedad intelectual, más justos y equitativos, basados en el uso efectivo. Reforzaremos el marco legal para la protección de la propiedad intelectual e industrial.
- Fomentaremos la protección de todas las manifestaciones artísticas tradicionales que sean parte de nuestra cultura, como la tauromaquia.
- Haremos del acceso a las bibliotecas, los archivos y la lectura uno de los motores de la sociedad de la información y del conocimiento.
Al margen de ni una sola referencia a la industria editorial, aunque si a la tauromaquia, el programa es retórico, ambiguo y sin concreción de ningún tipo, aunque deja ver por donde irán los tiros: supresión del canon digital, cierre de subvenciones, y desarrollo de un modelo de mecenazgo para apoyar las industrias culturales. Veremos si el modelo «mecenazgo» es aplicable a la industria del libro, en mi caso tengo serias reservas de que esto sea aplicable a esta industria, no es lo mismo, mediáticamente, esponsorizar una orquesta sinfónica o una exposición de pintura que los libros que edita una pequeña editorial.
Programa del PSOE
PREAMBULO
La rentabilidad de una política cultural es, por encima de todo social. Sin embargo, estamos convencidos de que la cultura posee un enorme potencial para generar riqueza económica. La mercantilización de la cultura es una amenaza que hay que combatir, pero ello no puede llevarnos a ignorar la capacidad que la cultura tiene para mejorar las condiciones materiales de vida de las personas.
PROPUESTAS
- Reformar el actual marco de propiedad intelectual para sustituir el canon digital actual y establecer un nuevo modelo de protección, equilibrando los derechos de usuarios y creadores teniendo presente las iniciativas europeas en esta materia.
- Crear una Agencia de Propiedad Intelectual, con participación de las Comunidades Autónomas, para integrar en un único organismo los diferentes aspectos de la gestión pública de la Propiedad Intelectual.
- Reformar la Ley de Mecenazgo para incentivar las aportaciones privadas a las instituciones e iniciativas culturales. Entre otras medidas se equiparará el tratamiento dado a las aportaciones realizadas por las personas físicas con el que se dé a las personas jurídicas.
- Impulsar la aplicación de un tipo de IVA reducido del 4% a todos los formatos de libro, incluido el libro digital.
- Reforzar el Plan Integral de Apoyo a las Industrias Culturales y de la Creación, con especial incidencia en la formación de emprendedores, en la internacionalización, en el reforzamiento del tejido empresarial y en las facilidades de financiación, con el objetivo final de impulsar el cambio de modelo de negocio que el sector precisa.
- Continuar con el Plan de construcción de infraestructuras culturales, particularmente bibliotecas, consensuando con las CCAA la incorporación al Plan de municipios de gran tamaño distintos de las capitales de provincia.
- Consensuar con el conjunto del sector del libro un plan viable de apoyo a las librerías minoristas para garantizar la pluralidad de la oferta editorial, incorporando en ella la oferta digital.
El programa está más elaborado que el del PP, pero ninguna referencia explícita a la industria editorial. Llama la atención que recojan la idea de un plan de apoyo a la librería, proponen la creación de una agencia de propiedad intelectual (entiendo que sería una entidad pública de gestión de derechos), reformar la ley de mecenazgo, y seguir con la política de construcción de bibliotecas (no se habla de un plan de dotaciones). Las propuestas no son para tirar cohetes.
Programa de Izquierda Unida
PREAMBULO
Las grandes corporaciones tienen la llave de los modernos medios de comunicación y son también los dueños del ciberespacio. Por ello es esencial garantizar el pluralismo y el libre acceso a la cultura como garantía de la igualdad de oportunidades. Desde IU reclamamos más tiempo de ocio y una cultura de acceso gratuito; una comunicación entendida como «servicio público» y el acceso efectivo a una información libre y plural.
PROPUESTAS
- Avanzar en la transparencia pública de los criterios empleados para la política de subvenciones, adquisición y contrataciones.
- Crear espacios articuladores de los distintos movimientos culturales. Desarrollar políticas sectoriales de apoyo a la música, la danza, la pintura, la escultura, los museos, las salas de exposiciones, el teatro, el cine, los contenidos audiovisuales, el circo, todo tipo de deportes y los espacios públicos de ocio y entretenimiento.
- Reforzar la red de teatros y su cooperación estatal e internacional. Apoyo fiscal a los Cafés musicales.
- Llevar a cabo una campaña continuada de fomento de la lectura. Desarrollar una red de bibliotecas y mediatecas públicas.
- Crear una Mediateca pública estatal modelo de archivo integral de la cultura, de consulta libre, descentralizada y gratuita.
En el apartado de cultura hay un desarrollo muy extenso sobre la necesidad de modificar la Ley de Propiedad Intelectual:
- Apostamos por la democratización de la comunicación y la cultura, por gestionar de forma pública los derechos de autor, por el software libre y por una política cultural que apoye a los creadores desde la base y difunda las artes entre todos los niveles de la población, pero muy especialmente entre los colectivos y territorios menos favorecidos económica y socialmente.
- Proponemos cambiar profundamente el modelo vigente de propiedad intelectual pues el vigente, concebido en un principio para proteger el trabajo del creador individual, se ha convertido principalmente en un instrumento de maximalización del beneficio de grandes empresas de carácter multinacional y dificulta el acceso al conocimiento.
- En este sentido creemos que la vigente Ley de Propiedad Intelectual queda desubicada y obsoleta por dos razones fundamentales:
3.1. La actual ley reconoce cuáles son los derechos de los autores y deja en manos de entidades privadas la recaudación de los mismos. En la práctica hay un oligopolio de facto en el que solo unas pocas empresas tienen capacidad para recaudar eficientemente estos derechos (SGAE y CEDRO). Esta situación privilegiada hace que sean ellas las que deciden las reglas del juego. No hay funcionamiento democrático ni transparente en estas empresas y su naturaleza privada les obliga a tener como objetivo principal el buscar el máximo beneficio económico, por encima del interés y la voluntad de unos autores la mayoría de los cuales ni siquiera llega a ver el dinero de los derechos que se han recaudado en su nombre.
3.2. Los derechos de autor que marca la ley tienen la naturaleza y el carácter de irrenunciables. Hoy en día muchos autores abogan por la libre distribución de sus obras gracias a Internet y las TIC, puesto que consideran que es la mejor forma de que su obra y sus ideas lleguen a su público. Se han construido movimientos sociales como el Software Libre y alternativas legales como las licencias Creative Commons que buscan la colaboración comunitaria y la libre circulación de obras y ideas como forma de que ganen autores y consumidores. Los únicos que no ganan en esta situación son los obsoletos intermediarios. Pero la irrenunciabilidad de los derechos provoca que sean las entidades de gestión de derechos las que tomen decisiones sobre la obra de un autor: los organizadores de conciertos benéficos ven como la SGAE le exige el pago de los derechos de autor del músico que vaya a actuar aunque este actúe de manera. Los gestores de centros culturales ven como se les pretende cobrar por artistas que son activistas de Creative Commons y otras licencias de distribución libres, etc. Se utiliza al creador como escudo humano de los intereses de estas empresas que han quedado obsoletas. El interés del autor siempre fue y siempre es el de llegar a su público, no el de ser parte de una industria y una red de distribución.
PROPUESTAS
1. Impulsar la derogación de la actual Ley de Propiedad Intelectual y elaboración, de manera participativa con todos los actores implicados, de una nueva ley que:
1.1. Derogue el actual modelo de recaudación de derechos mediante entidades de gestión privadas. Creación de una entidad pública de Gestión, con presencia en todo el Estado, cuyo objetivo sea el de dar el servicio adecuado y no el lucro.
1.2. Asegure la adecuada contribución de los operadores de telecomunicaciones y de las industrias de Tecnologías de la Información a la justa remuneración de los creadores, para que esta no se base en un sistema como el canon digital que penaliza indiscriminadamente a los ciudadanos independientemente del uso que estos den a soportes y dispositivos digitales y electrónicos.
1.3. Reconozca las alternativas al «copyright» tradicional, como las licencias Creative Commons, y deje en manos del autor la cantidad de derechos sobre los que quiere licenciar su obra, así como la capacidad del autor de renunciar a estos derechos.
2. Garantizar la libertad y la neutralidad de la red frente a los intentos del lobby de la SGAE y sus aliados políticos por coartarlas. En este sentido se exige la derogación de la llamada «Ley Sinde».
3. Favorecer la difusión de libro electrónico, reduciendo su precio y favoreciendo que se digitalicen las obras literarias y científicas que sean de dominio público.
Al margen de la fuerte carga ideológica que el programa desprende, se intuye que se continuaría con la política de subvenciones aunque con mayor transparencia en criterios, impulso a la red de bibliotecas y campañas a favor de la lectura, creación de una mediateca publica estatal (¿no vale la Biblioteca Nacional?), apoyo fiscal a los cafés musicales (desconozco la problemática de estos cafés). No hay ninguna referencia específica a la industria editorial.
Comentario general
Me llama la atención el que los tres programas aborden el tema de la propiedad intelectual. Es evidentemente el por qué, es donde esta el dinero, y las entidades de gestión, como Cedro por ejemplo, si se suprime el canon lo van a pasar fatal, no olvidemos que hasta hace poco los ingresos por canon, en algunas entidades de gestión, representaban un porcentaje por encima del 90%, mientras que las licencias representaba un porcentaje mínimo. De hecho llama la atención que Cedro siga hablando de explotaciones secundarias de esta variante recaudatoria. Hay otras entidades que estaban más equilibradas en cuanto a los porcentajes canon-licencias, es decir, tenían una mayor diversificación de sus ingresos. La idea de una entidad de gestión de derechos de carácter público se me antoja imprescindible.
En cualquier caso los programas son malos de solemnidad (siempre en el apartado de cultura), no abundan en la consideración de la industria editorial como un activo fundamental del PIB de las industrias culturales, y me surge unas preguntas: ¿no hay editores dispuestos a asesorar a los partidos en estos menesteres?, ¿tanto desinterés y apatía tienen los editores como para no acercarse a los partidos políticos para hacerles sugerencias? Creo necesario que surja un grupo de editores-libreros-cómplices que a modo de «Grupo Attac» desarrollen un conjunto de medidas sociales alternativas en torno al libro. Y mucho más con lo que se nos viene encima. Tengo la desagradable impresión de que a partir del 20N la industria del libro tendrá que reorganizarse, ya que las expectativas de futuro son ciertamente negras, en algún caso habrá que volver a una resistencia activa y a levantar barricadas ante lo que se avecina.
Mi programa electoral
- Plan de apoyo a la librería independiente y a la creación de librerías en medios urbanos.
- Plan de exenciones fiscales a libreros y editores independientes.
- Desarrollo de un bonocultura para desempleados y jóvenes.
- Plan de apoyo a las bibliotecas públicas y a la edición independiente a través de una política de compras para bibliotecas que pase por el canal de distribución.
- Revisión de los criterios de la concesión de subvenciones. Incorporar el criterio «creación de empleo», y también el de «volumen comercial al margen del canal».
- Apertura de una línea blanda créditos ICO para el sector del libro.
- Constitución de una plataforma de comercialización digital de tipo semi-público.
- Plan nacional de ayudas para la digitalización de fondos editoriales.
- Diseño de un plan de trabajo para la reconversión digital de la industria del libro.
- Apoyo a la creación de un centro de formación para editores y libreros.
- Desarrollo de un acuerdo de buenas practicas del sector.
- Redacción de una nueva ley de propiedad intelectual.
- Constitución de una agencia nacional pública de gestión de derechos.
- Plan de apoyo a las revistas culturales.
- Gestión publica del ISBN.
- Desarrollo de un sistema de indicadores de venta mensual y de ratios comerciales para el sector.
- Convertir el portal de Cegal, http://www.todostuslibros.com, en una poderosa herramienta de venta del libro en España.
- Retirada de los carritos de compra de todos las páginas de las editoriales y su sustitución por el carrito de Cegal.
- Fomentar el asociacionismo transversal de la edición.
- Apoyar la presencia de la edición independiente en todas las ferias del libro de Hispanoamérica.
- Estructuración profesional del Observatorio del libro.
- Apoyo a un Congreso nacional del Libro.
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¿Como debía ser esa nueva ley de propiedad intelectual que propones? Se orientaría a acentuar los derechos del autor sobre su obra o, por el contrario, a favorecer el paso de la misma al dominio público para que sea mas accesible a los lectores.
Gracias por vuestros comentarios. Una nueva ley de propiedad intelectual debe ser enfocada a enmarcar la propiedad intelectual en el siglo XXI, por tanto debe mnimizar el poder de los lobbits, limitar el copyright y acercar el conocimiento al dominio público. No tengo ninguna duda.
Sí señor, nadie dice mucho del sector, por que es posible que no tengan dentro a nadie que sepa de que va, y sobre todo, por donde irá. Nueva revolución disruptiva.
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Manuel, gracias por este análisis y comentario de los programas electorales, muy oportuno.
Me gusta tu idea del grupo de editores-libreros cómplices, ojalá fuera posible.
También me parece muy apropiadas tus propuestas.
Aunque en alguna yo iría más lejos que tú. Por ejemplo, en lo referente al ISBN. Yo añadiría a esa gestión pública del ISBN también la plataforma DILVE. Quizá, unir DILVE e ISBN en una única empresa semipúplica de gestión de estándares y metadátos en el sector del libro, para su uso gratuito (o con coste exiguo) por parte de todos los actores del sector: editores, autores, libreros, distribuidores, etc. tanto digital como analógico. Que aunque contara en su consejo con los gremios y asociaciones, no estuviera regida por los dictados de uno de ellos como ahora, sino que atendiera a intereses generales del sector y sus participantes, tanto pequeños como grandes. Una agencia así, semi pública, podría ser la única garante de imparcialidad. Facilitando su uso tanto a agremiados y como no agremiados, ya que para participar no sería necesario ser agremiado, como pasa ahora en DILVE Quizá juntar en una Agencia Nacional de Estándares, Metadatos y Gestión de Derechos, lo que ahora está en ISBN, DILVE y Cedro, (regidos todos por el mismo patrón federativo) y hacer algo imparcial, de interés general.
Creo que sería una iniciativa que favorecería a todos los actores del sector.